Puede que esté exagerando un poco, pero pocas cosas deben ser más placenteras que ver nacer de las propias manos “algo” donde antes había “nada”. Y si bien pueden creer que debo estar hablando de algo artístico, o de manualidades, en realidad me estoy refiriendo a la creación que tiene lugar en la cocina.
A veces, por comodidad o simple ignorancia, recurrimos a buscar en el super algunos productos que sencillamente podemos elaborar nosotros mismos, con el plus de estar agregándoles amor y nuestra propia energía en el proceso… ni hablar de esquivar cantidades de conservantes, colorantes y demás químicos malditos; y descubrir, por ejemplo, que la mermelada puede tener sabor a fruta real (y no a un caramelo derretido), o que el pan tiene un perfume, una textura y un sabor “de verdad”.

Fotografía: Agus Genisio. – Etiquetas diseñadas por Agus Genisio.
Y si la excusa es “no tengo tiempo”, les aseguro que un ratito menos en las redes sociales, o un ratito menos de TV, solucionan el problema.
Aprendí muchas de las recetas que sé mirando a mi mamá y a mis abuelas en la cocina, y hoy, ya de grandes, intercambiamos secretos y trucos con hermanas y amigas. Siempre me parece un excelente regalo cuando me enseñan algo nuevo para probar, y es casi una cruzada personal el que cada vez seamos más los que amasemos nuestro propio pan o cocinemos el dulce para el desayuno o la merienda, después de todo, es simplemente hacer uso de nuestras manos, combinando ingredientes naturales.

Fotografía: Agus Genisio.
Así que aquí les paso mis dos recetas de cabecera, ¡espero que las prueben y difundan!
[¡Y al final, una pequeña yapa de dibujante! 😉 ]
Pan Integral:
- 700 grs. harina integral fina
- 1 sobre de levadura en polvo
- 2 cdas. malta torrada
- 4 cdas de semillas (por ejemplo mix de lino, sésamo, chia, etc.)
- 1 cda de sal
- 3 cdas. de aceite
- 1 cda. azúcar
- 1 cda miel
- Agua tibia cantidad necesaria (aprox. 250cc).
1. En un bowl mediano, preparar una espuma con 100grs de harina, la levadura, el azúcar y 100cc de agua. Tapar y dejar levar en un lugar tibio (por ejemplo descansando sobre una hornalla apagada con el horno encendido).
2. En un bowl grande, mezclar la harina, malta, sal, aceite y miel. Agregar la espuma e integrar con las manos.
3. Ir agregando gradualmente el agua tibia mientras se va uniendo la masa. Al final, agregar las semillas.
4. Amasar durante unos 5 minutos aproximadamente (preferentemente sobre una superficie de madera, como por ejemplo una tabla. Esto es importante para que no le baje mucho la temperatura a la masa).
5. Dejar reposar en el bowl, en un lugar tibio, tapando con un repasador limpio, hasta que duplique su volumen. Volver a amasar y colocar en un molde de pan rectangular aceitado. Dejar levar unos minutos más y hornear en horno mediano (200 grados) por aproximadamente 45 minutos. Al desmoldar, golpear la parte de abajo del pan, debe “sonar hueco”.
6. Dejar enfriar un poco, ¡y disfrutar!
Y para acompañar, va la receta de mermelada casera. Sirve para muchas frutas, como ciruelas, duraznos, frutillas, damascos, peras; o mi último experimento: manzanas + peras + canela en rama.
- 1 kg de fruta
- 900grs de azúcar
- Jugo de 1 limón
1. Pelar la fruta y cortarla en trozos pequeños, colocar en un bowl grande junto al azúcar y el jugo de limón, mezclar, tapar y dejar reposar de un día para el otro, para que la fruta largue jugo.

Fotografía: Agus Genisio.
2. Pasar a una olla grande, colocar sobre fuego medio y revolver periódicamente (con cuchara de madera) para que no se pegue. (Para la versión de manzanas y peras, agregar aquí la canela en rama).

Fotografía: Agus Genisio.
3. Cuando rompe hervor, bajar el fuego y continuar revolviendo en forma de ochos, retirando la espuma con una cuchara.
4. Cocinar durante 10 minutos, retirar del fuego y procesar con minipimer (¡ojo de no procesar la canela!). Volver al fuego y a partir de este momento, tomar el punto de la mermelada periódicamente hasta haber obtenido la consistencia justa (para tener una idea: puede ser entre 10 y 30 minutos más aproximadamente). Una técnica fácil es colocar una cucharadita en un plato, enfriar unos momentos en heladera, y si al pasar el dedo por el medio no se vuelve a juntar rápidamente, ya está lista.

Fotografía: Agus Genisio.
5. Envasar en frascos de vidrio que hayan sido lavados con agua hirviendo y secados en el horno, tapar y una vez fríos, etiquetar y guardar en heladera.

Fotografía: Agus Genisio.
Y como no puedo evitar ponerle un poco de diseño a todo, acá les dejo de regalo unas etiquetas para sus frascos… Sólo tienen que imprimir en papel adhesivo, recortar y pegar. ¡Descárgalas aquí!
¡Suerte!
©Agus Genisio. Solo para uso personal. Prohibido su uso para fines comerciales.
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