viajar a buenos aires | Señorita Papaya

Este miércoles cumplo dos semanas en Buenos Aires y es raro porque estoy demasiado tranquila para aún asimilar que me fui a otro lado dejando todo, y a la vez nada de mi otra ciudad que era Guayaquil.

Acá me levanto con una sirena de ambulancia y me comienzo a cuestionar «¿aquí la gente tiene muchos accidentes?» después pregunté y parece que hay una clínica cerca, entonces la taza de muerte es normal como en cualquier otro país.

Ese helado es muy rico pero no es argentino, es koreano.

Ya no vivo con mis papás, hermanos y gatos, ahora estoy con mis mejores amigos, milanesas y pizzas que ya son mi segunda familia. Tengo la suerte de tener la mejor amiga que tengo, que me ayudó para que se me haga todo esto un poco más fácil.

Un hermano mayor postizo, que me da consejos que nunca he escuchado de hermano mayor, porque yo era la hermana mayor siempre. Ahora me falta el gato, o podría raptar a «Pollito Frito», pero primero necesito mudarme porque solo yo soy la cat lover de la casa.

Tengo suerte de que algunos de mis mejores amigos estén acá y que te puedes equivocar porque estás volviendo a empezar.

Yo hice las partes lindas y las partes feas.

Este país es como cualquier otro con sus problemas: La economía, la política absurda, los precios suben, las chicas locas, los chicos que aman el fútbol, las palomas que te hacen caca en la cabeza…

Ahora estoy en busca de un trabajo porque necesito dinero si quiero vivir por más tiempo en porteñolandía, ah sí y porque la sociedad te lo pide. Por ahora estoy en eso, me dijeron que sí puedo conseguir, aunque igual ya le puse una velita a Zebritney para que me guíe.

Krach-itos los primos argentinos de los Kachitos ecuatorianos.

Esto definitivamente no es Guayaquil y no lo veo con ojos de turista desde el primer día, todavía me cuestiono esta aventura porque es la primera vez que hago algo ya sin ayuda de mis padres, que de alguna u otra manera te la ponen fácil. Igual tengo todos los ánimos, que es lo más importante. Adaptarme será fácil, ya quiero andar sola por las calles porque la verdad es que hasta en Guayaquil me perdía.

Y una de las razones principales de esto fue porque quería estudiar Dirección de Arte en Cine, y en Ecuador es muy complicado hacerlo, lo bueno de aquí es que la educación es barata y buena. ¡Hay que aprovecharla!