Esta idea ya estaba rondándome y al leer el post de Sofi, me dio la fuerza para confesarlo, estoy claramente padeciendo la Fiebre del Oro. Recuerdo en la adolescencia mi desagrado por todo lo dorado, por lo cual mi uso de accesorios se limitaba al plateado, pero eso quedó muy atrás.
Quizás es algo genético y se active con la edad, pero hace unos años, cuando ya me acercaba a los treinta, comencé con los primeros síntomas.
Empieza con algún collar diminuto o anillo dorado, algo muy chico y que casi no presenta peligro. Pero va aumentando, puede seguir con cinturones, algún colgante más importante y en una fase más avanzada, la cual estoy atravesando, se puede encontrar en cualquier elemento, ¡¡inclusive prendas!!
Pulseras que me animé a usar hace muy poco.
Mi amado saco con lentejuelas.
Y aquí la Wish List:
Shine bright like a diamond!!
Srta. Natalia